La
forma en que vemos el conflicto en la pareja está muy relacionada con el tipo
de conflicto que vimos entre nuestros padres. Existen los dos extremos,
aquellos padres a los que jamás se les vio discutir o pelear y, si existían
estos conflictos, siempre eran a puerta cerrada. Y también están aquellos en
donde la discusión y la pelea eran lo mismo: gritos y más gritos. Podemos
llegar a pensar que la primera pareja les hizo un favor a sus hijos, sin
embargo, es importante que los nuestros entiendan que discutir no es lo mismo
que pelear.
Antes
de señalar las diferencias entre discutir y pelear, es importante entender que
las peleas suceden hasta en las mejores relaciones y que, hasta cierto punto,
son inevitables (aunque no por eso dejan de ser destructivas). Así que mi
propósito no solo es ayudarte a entender las diferencias, sino intentar que las
diversas opiniones que se presenten en tu pareja, se resuelvan en discusiones y
no en peleas. Con esto en mente, comencemos:
Es bueno que los hijos vean discusiones
Este
es un punto controversial, sin embargo, es de suma importancia: estoy de
acuerdo que no es bueno que los hijos nos vean pelear, pero pienso que es de
beneficio para ellos que vean discusiones entre sus padres. De esa forma
aprenden que está bien que existan formas de pensar distintas y que no se
precisa agredir, para resolver tales diferencias. En psicoterapia, vemos que
los pacientes que mejor han resuelto sus problemas fueron aquellos que vieron a
sus padres discutir. Así que, si existe una
diferencia de opinión con tu pareja y no te sientes cómoda en tener esa
conversación frente a tus hijos, probablemente se deba a que no estás discutiendo,
sino peleando.
El volumen es diferente
Puede
que en una discusión alguien alce un poco la voz, aunque la meta es que esto no
suceda. En cambio, en una pelea los gritos abundan. Queda claro que el volumen de voz
es muy distinto en las dos situaciones.
Entender es la meta
En
una pelea la meta es ganar, en una discusión el punto es entender. Cuando
discutimos algo, buscamos entender el punto de vista de nuestra pareja aunque
no estemos de acuerdo con lo que piensa; así mismo, procuramos validar lo que
nuestra pareja siente, aunque no lo entendamos. Si llega
el momento en que ya no nos importa lo que nuestra pareja tiene que decir, es
porque ya no estamos discutiendo, sino peleando.
Utiliza tu inteligencia emocional
En
una discusión, la pareja se tiene respeto mutuo; si el respeto se pierde en
algún momento, rápido se pide perdón y se modifica el tono y ambiente de la
misma. En una
pelea, no solo se ha perdido el respeto, sino que cuanto más lastimada se vea
nuestra pareja, mejor, pues significa que ganamos.
Las
diferencias entre pelear y discutir no son tan pequeñas, ni difíciles de
identificar; es importante reconocerlas no solo por el bienestar de nuestra
relación, sino también para el beneficio de nuestros hijos. No toda diferencia
es motivo de pelea, sino que puede resolverse en una discusión. Que sea tu meta
resolver tus conflictos de pareja menos en forma de pelea, y más en forma de
discusión. Tu pareja y tus hijos te lo agradecerán.
Denhi
Chaney es egresada de la Universidad de Brigham Young con maestría en Terapia
de Matrimonio y Familiar
Salgo con mi amiga katia y mi esposa no sabe pero no quiero divorciarme que puedo hacer porque mi amiga katia me entiende mejor que mi esposa
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