El primer
abrazo entre la madre y el recién nacido es el que se produce
enseguida después del parto. Es muy importante y según una encuesta
anglo-canadiense publicada en Plos One el abrazo de la madre en los primeros
momentos de vida es de fundamental importancia para evitar el estrés del
nacimiento, ya que ayuda a activar los receptores que reglan la
gestión de los glucocorticoides, entre los que está la hormona del estrés.
Si
no hay complicaciones, el bebé siempre es apoyado en el abdomen de la
madre enseguida después del parto, ya sea parto natural o cesárea ya que la
anestesia peridural deja a la mujer despierta. Es un contacto esencial
para los dos, después de haber estado en contacto por nueve meses durante el
embarazo. Por eso el nacimiento puede ser una fuente de estrés por separarse
muy fuerte que pueden producir hasta alteraciones anatomofuncionales como
por ejemplo a nivel del aparato digestivo, como los típicos cólicos.
Para
la madre es también necesario el abrazo con su bebé, ya que se beneficia especialmente psicológicamente porque
le permite tomar conciencia de la existencia real del niño que hasta
ahora había estado solo en la imaginación. Además, el contacto con el bebé
produce oxitocina, una hormona que estimula las células de los conductos
lácteos e induce a la lactancia.
Por
lo tanto las demostraciones de cariño entre madre e hijo son
necesarios en los primeros meses de vida del bebé también para la
prevención de la depresión post-parto, el contacto inicia a la madre en
sentirse necesaria para el nuevo rol de madre. Es necesaria cierta serenidad
entre los dos y si falta la mujer transmite ansiedad al bebé y puede llegar a
producir olestias psicosomáticas como los cólicos que en un 25 % de las veces
es de naturaleza psicosomático.
Hay
estudios publicados en el Journal of Neuroscience que afirman que el contacto
físico entre madre/bebé y los masajes a un recién nacido mejoran
la actividad cerebral del bebé.
El padre
también está invitado a abrazar al bebé en la sala de parto. Y lo mismo luego
del nacimiento con los eventuales hermanos, de implicarlos lo antes posible en
el contacto físico con el bebé. Un consejo que damos es si es posible tener al
bebé con contacto directo con la piel, para que perciba el calor y
principalmente el olor de la piel. Esto es muy importante porque el bebé
posee un sistema cortical cerebral poco desarrollado y, como los animales,
reconocen por el olfato. Por eso hay que evitar desodorantes, jabones y
perfumes de olores muy fuertes, que enmascaran el olor natural de la mamá y
papá.
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